La ilustración sobrevuela el mundo

Y sí, la ilustración sobrevuela el mundo y esta vez lo hace de la mano de Marcelo Tomé, al que le pedimos que nos contara no solo sobre su oficio, tema que recorre este número 8 de Ventanas, sino sobre el libro Conexiones, escrito por Walter Binder, en el que un pequeño protagonista se vale de la fantasía para abordar de manera divertida, las tareas que le toca hacer. Esto es lo que Marcelo nos cuenta.

La ilustración como otra opción de expresión comunicacional

por Marcelo Tomé*

¿Quién es Marcelo Tomé?
Mi formación transcurrió en el ámbito de las bellas artes en donde se exalta el trabajo individual. Por eso elegí la ilustración como otra opción de expresión comunicacional en donde se plantea más una dinámica de equipo donde intervienen distintos agentes.

En mi vida laboral como ilustrador y también como docente, lo que siempre me interesa es lo colaborativo. El trabajo individual es laborioso y creo que se sostiene por la pasión y la constancia. Pero cuando la dinámica de trabajo se desarrolla en equipo, se gana en riqueza que se genera en el ida y vuelta, en la construcción colectiva y ahí está lo nutricio.

¿Cómo es su trabajo como ilustrador?
Cuando los ilustradores recibimos un encargo, más allá de la cuestión económica, siempre se presenta un desafío, tanto el encarar el texto como así también las distintas relaciones que se establecen entre editor, escritor, ilustrador y diseñador.

Pienso que cuando un editor convoca a un ilustrador para trabajar un texto determinado es porque encontró una posible conexión entre la estética de una imagen elegida y el texto.

¿En qué consistió el trabajo en Conexiones?

En el caso de Conexiones, un texto de Walter Binder, la propuesta llegó de la mano de la editora Judith Wilhelm de Calibroscopio.

Conexiones es una historia entre un padre y su hijo que se conectan desde el compartir la cotidianeidad del adulto y la fantasía del niño, y el fluir entre intereses comunes como la lectura de historietas y cuentos policiales. El universo del niño que relata la historia, establece lazos sensitivos y emotivos entre su mundo y el de su padre.

Desde el inicio del proyecto, Judith lo planteó promoviendo un intercambio de ideas entre ella, el escritor y el ilustrador así que, por ese motivo, todas las imágenes fueron surgiendo espontáneamente. Es por eso que casi no hubo ilustraciones que sufrieran correcciones.

¿Se estableció alguna conexión emocional con la temática?

En el proceso inicial de elaboración de imágenes para las ilustraciones, la constante lectura del texto de Conexiones, en todo momento me hacía reflexionar sobre mis recuerdos en relación con el trabajo de mi padre. Él fue metalúrgico y todo su ámbito laboral solo lo conozco a partir de sus relatos y anécdotas. 

Pero en parte fuimos construyendo nuestra relación a partir de esos momentos compartidos en donde él hacía los “arreglitos” en nuestra casa.

Recuerdo que, como el personaje del niño en Conexiones, mientras yo le ayudaba a mi padre sosteniendo algún cable o atornillando alguna tapita de luz, se entablaba una charla donde él divagaba por cualquier tema mientras yo entraba como en un trance de escucha y que interrumpía de vez en cuando con alguna que otra pregunta generada por la curiosidad infantil. Me encantaba. 

Disfrutaba también, como aquel niño de la historia, sentir los aromas y principalmente los sonidos mientras jugaba hurgando entre las herramientas y la lata de tornillos y tuercas que para mí eran una fascinante colección de pequeños objetos.

Me quedó tan grabada esa experiencia infantil con esa labor de “arregla tutti” que cuando fui grande quise tener en mi casa, mi propia caja de herramientas. Y todavía disfruto de arreglar lo que pueda con mis propias manos.

¿Cómo fue el proceso de elección de la estética de las imágenes de Conexiones?

Antes de ilustrar Conexiones de la editorial Calibroscopio, unos de los libros en los cuales había trabajado junto con el poeta Gustavo Gottfried fue Insomnio, editado por Mágicas Naranjas, que es una historia policial contada en formato de poesía, y justamente como el inicio de Conexiones trata del disfrute del personaje del padre en la lectura de “novelitas policiales”, es así que las primeras imágenes tienen mucha relación con el proyecto anterior.

Varios recursos gráficos recorren las ilustraciones del libro. Uno de ellos son los contrastes de luces y sombras que para mí representan la energía que imprime el relato sobre el proceso de construcción de una casa y la construcción de la relación entre el padre y el hijo que va atravesando por distintas aventuras con piratas, monstruos y espías.

También dibujos de planos con medidas, las herramientas y las tramas de puntos gráficos presentes en las viejas impresiones de historietas, atraviesan todo el relato de las imágenes.

¿Cómo fue el trabajo con Juega, juega, Negrito?

Otro de los últimos libros en los cuales trabajé se llama Juega, Juega, Negrito y fue producto de una labor integrada con la escritora Maria Laura Dedé. Este se logró autoeditar gracias al apoyo económico del Mecenazgo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires.

Este libro justamente aborda la problemática del trabajo infantil y la necesidad de que el niño recupere el espacio para el juego y el aprendizaje sin cargar con las responsabilidades de los grandes.

En Juega, juega, Negrito el personaje del niño queda atrapado en las urgencias del mundo adulto y cuenta cómo, a través del juego, puede recuperar su mundo infantil. En medio de este relato se encuentran las reflexiones de su madre. Las imágenes simples y casi geométricas, describen un ámbito rural que es en donde transcurre la historia.

Marcelo Tomé nació en Buenos Aires. Ha realizado la carrera de Artes recibiendo el título de profesor de Arte en Artes Visuales otorgado por el IUNA. Desde entonces trabaja como docente en escuelas primarias, secundarias y de artes. En paralelo comenzó a incursionar en la ilustración y ediciones artesanales. Pero desde 1996 se especializó en la ilustración infantil y juvenil. Es miembro de ADA. Asociación de Dibujantes de Argentina. Sus trabajos han sido publicados en editoriales como AZ, Estrada, Aique, Edelvives, Homo Sapiens, Mágicas Naranjas y Calibroscopio, ilustrando antologías literarias, textos y poesías. Algunos de los títulos son “Como si fuera su novia” con poesía de Osvaldo Bossi, “Conexiones”, texto de Walter Binder. Publicó también como coautor los libros “Juega, Juega Negrito” junto con Marial Laura Dedé e “Insomnio” con Gustavo Gottfried.

https://adadibujantesdeargentina.org/u_marcelo-tome

IG marcelotomeilustraciones

Literatura y animación

Como en los números anteriores, ALIJA acompaña el recorrido de escritores e ilustradores que han sido galardonados por su obra. Esta vez, convocamos a Eiko Kadono, escritora ganadora del Premio Hans Christian Andersen IBBY en 2018, para conocer sobre una obra que desde la literatura, llegó a las pantallas. 

MARAVILLAS DE LA LITERATURA Y LA ANIMACIÓN JAPONESAS

por Lola Rubio*

En 2018, el premio Hans Christian Andersen a la escritora japonesa Eiko Kadono representó un reconocimiento mayúsculo a la obra de una autora muy activa, con más de 250 títulos, ampliamente conocida entre su público, y cuyo trabajo se despliega en múltiples géneros: libros-álbum, libros ilustrados, libros para los primeros lectores y también para jóvenes. 

Majo no takkyubin o El servicio de entrega de Kiki

Fue sobre todo con Majo no takkyubin (El servicio de entrega de Kiki o Kiki’s Delivery Service) que alcanzó reconocimiento internacional, porque la novela fue llevada al cine por el famoso estudio de animación Ghibli bajo la dirección de quien se considera el mago de la animación, el también japonés Hayao Miyazaki, en 1989. El servicio de entrega de Kiki, publicado en 1985, es previo a la fiebre de Harry Potter, y como este, también dio lugar a una saga. Narra la historia sencilla de una pequeña bruja que siguiendo costumbres ancestrales debe dejar su hogar a los 13 años, buscar un pueblo para vivir y una forma de ganarse la vida. Se espera además que contribuya al entendimiento entre brujas y la gente sin poderes (¡muggles de Potter!); curiosamente, es hija de una bruja y de un “muggle”, un ser “común”. Kiki está asentada en Koriko, una pequeña ciudad frente al mar y allí vive pequeñas aventuras mientras los habitantes se adaptan, sorprendidos, a tener su propia bruja.

Majo no takkyubin (= Kiki’s Delivery Service = El servicio de entrega de Kiki).  Tokyo: Fukuinkan Shoten, 1985. Hayao Miyazaki, Kiki´s delivery service, 1989. Ghibli Studio.

La película de Miyazaki —que puede verse en la plataforma Netflix— se concentra sobre todo en la adaptación de Kiki a su nuevo hogar, acompañada por Jiji, su gato negro, en este camino de independencia y crecimiento. Tanto Miyazaki como Kadono participaron del guion: el resultado es una versión bastante abreviada de las numerosas aventuras que vivirá Kiki en la novela. La figura masculina que la acompañará es su simpático amigo Tombo, cuya vida está también centrada en el vuelo, pero él no es brujo, no puede hacerlo, sin embargo su fascinación por el vuelo será lo que lo vinculará a la protagonista. Esta película representa un hito en la carrera del director y del estudio, y es el primer gran éxito comercial con el cual se recaudaron 18 millones de dólares. 

Gráfica del film de Miyazaki, en la versión en castellano.

La estética, la música, los paisajes, la animación son simplemente encantadores. Las mujeres aquí son personajes muy atractivos con un significado importante para el crecimiento personal de Kiki. Osono, la panadera que le presta una habitación a Kiki, es su figura materna en su nuevo hogar. Dado que Kiki tiene 13 años, Osono interpreta el papel de ángel de la guarda en el nuevo mundo de adultos. Lo mismo que la artista en el bosque, y otras más que no aparecerán en la película de Miyazaki (la lavadora de ropa, la tejedora), son todas mujeres que le brindarán sabiduría y conocimiento para su crecimiento. La historia también enfatiza el tema del trabajo como un sencillo intercambio, un proceso de dar y recibir.  Kiki nunca acepta dinero por su trabajo, solo acepta cosas que le permiten vivir; es un intercambio de bondad y ayuda mutuas.

¿Quién es Eiko Kadono?

Eiko Kadono nació en Tokio en 1935. Su madre murió cuando ella tenía cinco años, y Kadono luego cristalizó sus recuerdos de esa época en su fantasía autobiográfica El túnel a través del bosque. La Guerra del Pacífico comienza en 1941 y Kadono padre va a la guerra. En el otoño de 1944, cuando se intensifican los ataques contra el continente japonés, Eiko —que estaba en el cuarto grado de la escuela primaria— es evacuada a la región de Yamagata. Más tarde, se traslada a Chiba con su madrastra, una hermana pequeña y dos hermanos pequeños, dejando a su padre y a su hermana mayor en Tokio. La experiencia de la guerra cuando niña es la base del profundo compromiso de Kadono con la paz. Tanto como su paso por Brasil, durante un par de años, que le da un carácter multicultural a su espíritu y su escritura. Su primer libro se publicó en 1970; desde entonces publicó unos 250 libros, y estos fueron traducidos a 10 idiomas. Es una pena que ninguno de sus libros se consiga en castellano, incluso no son muchos los traducidos al inglés: Kiki´s delivery service, Grandpa´s soup, Last run; hay un par de títulos traducidos al francés, y el resto de los libros está traducido a idiomas que no utilizan alfabetos latinos.

Un recorrido sobre su obra

Haremos un breve comentario de algunos de ellos.

Torabeddo (= Hiro y la cama del tigre = Hiro and the Tiger Bed), ilustraciones de Koji Suzuki.  Tokyo: Fukuinkan Shoten, 1994.

La pequeña niña arde de envidia ante la llegada de una hermanita. Cuando de noche sueña que un gran tigre amenaza con comerse a su hermanita sabe que debe actuar para protegerla. Finalmente, consigue algo de autocontrol con unas palabras mágicas que harán “desaparecer” al tigre.

Tonneru no mori 1945 (= El túnel a través del bosque = The tunnel Through the woods: 1945). Tokyo: Kadokawa, 2015.

Novela muy conmovedora sobre una niña japonesa, de Tokio, que en el ´45 tiene que irse a vivir a la montaña con su madrastra. Basado en su experiencia de evacuación de su casa en Tokio durante las etapas finales de la Segunda Guerra Mundial, cuenta la historia de Iko, una estudiante de quinto grado, también evacuada de su hogar en la ciudad y llevada al campo, como una forma de ponerla a resguardo de la guerra que de todos modos se cuela constantemente en la vida de la protagonista y en la novela. Iko debe atravesar un sector del bosque que ella percibe como un túnel en su camino a la escuela y de regreso. Debido al rumor de que un soldado fugitivo se esconde allí, Iko lucha con sus miedos y corre repitiéndose las palabras «¡Iko está pasando!» como un mantra protector con la esperanza de que la cuide. Es una historia algo aterradora y misteriosa, y quien la lee no puede dejar de conmoverse por la forma en que una niña, que vive en un campo desconocido y sin una figura paterna en el hogar, lucha con sus miedos e inseguridades. 

Odango supu (= Grandpa’s soup = La sopa del abuelo), ilustraciones de Satomi Ichikawa. Tokyo: Kaiseisha, 1997.

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Una bellísima obra de Kadono. Es un cuento con estructura acumulativa que narra la vida de un abuelo que ha perdido a su compañera. La extraña mucho y resume esa melancolía buscando cocinar una sopa que sepa a la sopa de su esposa. El abuelo prepara la sopa y cada día encuentra alguien más a quien convidar, con hambre. Día tras día, agrega ingredientes, elige una olla cada vez más grande, para repartir entre más comensales. Con esta nueva tarea, alimentar a una pandilla creciente de pequeños amigos hambrientos —además de los ratones, el gato, el perro— vuelve a ser feliz.

Kagami: Gosuto sutorizu (= El espejo = Ghost stories: The Mirror: Fingers of the back of the neck and other ghost stories). Ilustraciones de Yura Komine. Tokyo: Kaiseisha, 1999.

Perturbadora historia sobre una niña que se cae accidentalmente en un espejo; de hecho, un fantasma, espíritu o energía maligna toma su lugar «en el otro lado», la vida real a través del espejo. Lo que es perturbador, molesto es que este espíritu es mezquino y no muestra interés en regresar o devolverle la vida a Keiko. La verdadera Keiko es una joven y simpática niña de 12 años, coqueta, llena de alegría y amor y respeto hacia sus padres. Este espíritu maligno está decidido a arruinar la vida de Keiko. Sus padres ya no se llevan bien; ella se está portando mal y busca problemas en la escuela. Finalmente sus padres deciden vender el espejo donde está atrapada Keiko y lógicamente, ella está desesperada por lograr volver a la vida real. 

Ringo-chan = Apple Andie, ilustraciones de Kuniko Nagasaki. Tokyo: Poplar, 2003.

Libro ilustrado para niños que cuenta la extraña relación entre la pequeña Mai, quien recibe una muñeca de peluche de su abuela. A Mai no le gusta la muñeca con forma de manzana, Andie. La manzanita Andie además es demandante, le exige a Mai su mejor lugar en la cama, y expulsar a Champion, el cerdo. Incluso la amenaza. Hasta que Mai descubre que la manzanita Andie no tiene ombligo (¡imaginamos que debe ser muy ofensivo para un muñeco no tener ombligo!). Un álbum raro, cargado de cierta malicia.

Akachan ga yatte kita (= A baby Is coming = Llega un bebé), ilustraciones de Koushiro Hata. Tokyo: Fukuinkan,  1994

Kei va a tener un hermano pequeño y se pone celoso. Está orgulloso, quiere ser un buen hermano, un buen hermano mayor, pero no puede evitar sentirse tremendamente desplazado. Un cuento que demuestra la sensibilidad de la autora para empatizar con los sentimientos de los niños pequeños.

Ahora no podía creer el tamaño de la barriga de mamá, ¡era grande!

Cuando estaba acostada, su barriga comenzó a parecerse a un brontosaurio. ¿Podría ser que un dinosaurio bebé estuviera en su barriga, en lugar de un bebé? 

La misión del Premio Hans Christian Andersen es difundir la mejor literatura entre las y los niñas/os y jóvenes de todo el mundo. Hacer foco sobre aquellas obras indispensables para el desarrollo estético y espiritual de los lectores. Ahora, la pelota queda en la cancha de los editores para que escojan estas publicaciones, las traduzcan y les den un lugar destacado en sus catálogos.

* Lola Rubio es la actual Presidenta de ALIJA, fue jurado del premio Hans Christian Andersen en dos oportunidades. 

La ilustración sobrevuela el mundo

Acostumbrados a ver películas inspiradas en la literatura, nos encontramos con esta perlita de libro-álbum, que propone un viaje muy particular por los hitos del cine, desde el pochoclero hasta el cine arte. Y para conocer mejor el proceso de creación de este libro, invitamos a Javier Peña*, autor integral, a que nos cuente en primera persona el paso a paso de esta historia que homenajea con originalidad y belleza la relación cine literatura.

EL TREN MÁGICO. ESTA VEZ, DEL CINE AL LIBRO

Por Javier Peña*

Entre las muchas cosas que me gustan, y dispersan mi atención, una de las más recurrentes es el cine. Creo que el cine es literatura, pintura, arquitectura, fotografía, música y mucho más. Pero siento algo de «culpa» por dedicarle muchas horas, en las que podría enfocarme más en mi trabajo. Para justificar ese tiempo frente a una pantalla, se me ocurrió hacer un libro sobre el cine. 

Al principio pensaba en una historia que hilvanara escenas ¿innovadoras, famosas, memorables? Empecé por recordar las películas que me gustaban y que, por alguna razón, eran las primeras que me venían a la mente, pero enseguida me di cuenta de que eran referencias poco accesibles para un público amplio (ni hablar de LIJ).  

Entonces comencé a ver a ese mundo en el que navegaba como a un mundo real, un mundo paralelo; porque existía, estaba ahí, y podía verlo en cualquier momento. Es como un sueño, incluso porque su realidad es mucho más flexible que la de este lado de la vida, pero del que se pueden recordar todos los detalles con precisión. Un sueño que se puede volver a transitar una y otra vez (y no cambia, aunque descubramos  cosas nuevas). 

La idea del sueño me llevó a pensar en un soñador. Rápidamente descubrí quién era el que soñaba y, con él, la estructura del cuento. Tenía el principio y el final (que eran uno solo). Ya no necesitaba una historia que interactuara con las escenas cinematográficas, sino que la cinematografía era la historia. 

Llegado a este punto (seguía repasando films, sin culpa) comencé a escribir el texto, con la premisa de mantener un orden cronológico en las citas; y que estas no fueran  textuales (en el sentido de ser parte del texto), sino que formaran parte del relato paralelo (otra vez) que suele desarrollarse mediante las ilustraciones en los libros álbum.  Todo tenía que comenzar con un tren (no lo digo yo, lo dice  la historia). 

El sonido, la maquetación, el vestuario, la diversión, la música, el baile, los efectos especiales y la tecnología son algunos de los elementos que fueron evolucionando, con el tiempo, para escribir la historia del séptimo arte y, también, el texto del libro.  

El sonido, la maquetación, el vestuario, la diversión, la música, el baile, los efectos especiales y la tecnología son algunos de los elementos que fueron evolucionando, con el tiempo, para escribir la historia del séptimo arte y, también, el texto del libro.  

Las imágenes las fui pensando (y buscando) a medida que escribía el texto, ya que ambos se necesitaban; el tren, por ejemplo, no podía ser otro que el más famoso del cine mudo: el de Buster Keaton. Como los actores no envejecen en las  películas, decidí que la edad de todos los personajes fuera de entre 8 y 11 años. Dibujar niños parecidos a actores o personajes adultos no es fácil porque las proporciones y rasgos del rostro de un chico son muy distintos a las de un adulto (especialmente si es uno con barba o bigotes). 

Finalmente, traté de representar escenas y personajes que fueran lo más populares posible y dejé muchas de aquellas que me entusiasmaban a mí para decorar el interior de las  solapas.  

También al diseño lo fui pensando junto al texto y las imágenes. Por ejemplo, para representar la época silente decidí ubicar la tipografía dentro de un marco al estilo de las placas del cine mudo. 

*Javier Peña (Avellaneda, 1965) se interesó desde pequeño por la ilustración. Comenzó sus estudios en Bellas Artes, que luego cambió por diseño gráfico, primero, y dirección de arte publicitario, más tarde. Trabajando como dibujante, diseñador y programador en distintas editoriales (de libros y revistas) trasladó su técnica de dibujo a la plataforma digital, estilo que comenzó a utilizar para la ilustración de sus libros.
Obtuvo el Premio Fundación Cuatrogatos 2017 por El tren mágico. En 2009 tuvo un acercamiento a la industria cinematográfica al encargarse de la dirección de arte de la película Uritorco, estrenada en el cine en 2011.
Entre sus libros se encuentran Un partido diferente (2007), Un desastre olímpico (2008), Los monstruos ya no asustan (2011), La mesa está servida (2013), El tren mágico (2016) y Esto no es un cuento (2018) editados por Calibroscopio; ¿Puede volar un cangrejo? (2010, con textos de Graciela Repún y Florencia Esses) y La odisea de Polistes (2013) editados por Océano Travesía.

TIEMPO DE SOÑAR: ANHELOS DE PRIMAVERA

TIEMPO DE SOÑAR: ANHELOS DE PRIMAVERA
Catálogo colectivo de citas literarias sobre sueños, anhelos y pesadillas

La literatura nos permite soñar y por este motivo ALIJA nuevamente invitó a la comunidad LIJ a construir colectivamente un catálogo que diera cuenta de la presencia de lo onírico, de los universos que habitamos o desearíamos habitar en nuestros sueños, anhelos y también pesadillas. Este catálogo nos permite recorrer los mundos imaginados por escritores e ilustradores que constituyen en un refugio para estos tiempos.

Ventanas de ALIJA: ventanas para construir mundos

VENTANAS PARA CONSTRUIR MUNDOS
Catálogo colectivo de citas literarias con ventanas y balcones

El día 2 de abril de 2020 se celebra el Día Internacional del Libro Infantil y juvenil, fecha que coincide con el nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen. Para festejar este día, Alija invitó a que la comunidad LIJ enviara citas literarias en las que estuvieran presentes ventanas y balcones. Y lanzamos Ventanas para construir mundos, este catálogo que hemos construido entre todos.

Porque en estos días abrimos ventanas y nos asomamos a los balcones.

Porque leemos sobre ventanas y balcones que otras voces nos regalan para descubrir nuevos mundos.

Porque la literatura nunca cierra, siempre abre.

María Cristina Ramos Finalista al Premio Hans Christian Andersen 2020

Llenos de orgullo y alegría anunciamos que María Cristina Ramos ha sido sido seleccionada como Finalista al prestigioso premio que entrega IBBY (la Organización Internacional del Libro Infantil y Juvenil). El Premio Hans Christian Andersen es un galardón que se entrega cada dos años luego de una exhaustiva evaluación de más candidatos provenientes de todo el mundo por un selecto jurado de diez especialistas.

Esta prestigiosa autora ha sido ganadora también del premio que otorga la Fundación SM en 2016. María Cristina está radicada en la Patagonia y es una representante de la más delicada poesía escrita para niños, también es autora de cuentos, libros álbum y novelas; mucha de su obra está caracterizada por su sensibilidad de poeta y su compromiso con su tierra y su gente.

María Cristina Ramos (San RafaelMendoza5 de mayo de 1952) es una escritora y editora argentina, dedicada a la literatura infantil, está radicada en NeuquénArgentina. Es Profesora de Literatura y capacitadora docente.

Realizó numerosas tareas de promoción de la lectura en la provincia donde radica. Tuvo a su cargo el programa «Formación de Coordinadores de Talleres Literarios Infantiles» del Consejo Provincial de Educación neuquino. Entre 1982 y 1990 se desempeñó en la Dirección Provincial de Cultura de Neuquén, coordinando el Taller Literario para niños, jóvenes y adultos. En 1987 y 1988 se desempeñó como coordinadora del Plan de Lectura y Escritura provincial.1​ Este trabajo influyó activamente en su labor literaria.

Desde 2002 posee un emprendimiento editorial propio, llamado Editorial Ruedamares, que coordina desde la ciudad de Neuquén.3​ Este proyecto editorial surgió por la dificultad que tuvo la autora para conseguir publicar libros de poesía para pequeños lectores, según relata.

Algunas de sus obras

Un sol para tu sombrero (poesía); Cuentos de la Buena Suerte (narrativa); De papel te espero (poesía); El árbol de la lluvia (narrativa); El libro de Ratonio. Informe confidencial sobre su vida (autorizado por el personaje) (narrativa); Azul la cordillera (narrativa); Un bosque en cada esquina (poesía); De barrio somos (narrativa); Ruedamares, Pirata de la mar bravía; El árbol de la lluvia; Del amor nacen los ríos (narrativa); Belisario y el violín (narrativa); Cuentos del bosque (narrativa); Las lagartijas no vuelan (narrativa); Las sombras del Gato (poesía); Maíces del silencio (poesía); Belisario y los espejos de agua (narrativa); La secreta sílaba del beso (narrativa para adultos); Eleazar y el río (narrativa); La rama de azúcar (narrativa); Papelitos (narrativa); La luna lleva un silencio (poesía); El baile (cuento); De Agua no es (cuento); Una gota de azul (cuento).

Premios

Primer premio de poesía en el «Concurso Cuyano Leopoldo Marechal»; 1991 Premio al mejor texto en el «Concurso Latinoamericano Antonio Robles» (organizado por IBBY México), por el cuento De coronas y galeras. 1991 Lista de honor de ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina) por el libro Un sol para tu sombrero1997 Finalista del Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y juvenil Norma-Fundalectura por el libro De barrio somos1997 Premio Nacional Fantasía Infantil por Un bosque en cada esquina2000 Lista de Honor de ALIJA por Del amor nacen los ríos (en el rubro Recreación de relatos orales). 2002 Premio Pregonero de la Fundación El Libro, por su labor de difusión de la literatura infantil y juvenil. 2016 Premio Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil, otorgado por la Fundación SM.

Candidatos argentinos al Premio Hans Christian Andersen 2018

Los autores argentinos Pablo de Santis y Pablo Bernasconi son los candidatos argentinos en las categorías Escritura (Author) e ilustración (Illustrator) respectivamente ante el Jurado al premio Hans Christian Andersen 2018.

Pablo de Santis

es un eximio escritor, periodista y guionista de historietas. Es reconocido por sus novelas y cuentos de prosa exacta, refinada y deudora del universo borgeano. Además de haber recibido numerosos premios (entre ellos el Premio Planeta-Casa de América 2007) integra desde 2016 la Academia Argentina de Letras.

Pablo Bernasconi

es un artista de la imagen y la palabra. Diseñador, ilustrador y autor de álbumes excepcionales, crea personajes con collages de objetos que son conocidos por los chicos. Con una tapa de cesto de basura, una pluma y un serrucho logra representar a Don Quijote y con un rallador de verduras es capaz de inventar un cohete. Dibuja con colores cálidos y también escribe textos sencillos y, al mismo tiempo, muy profundos. Por todo esto es que Bernasconi es mucho más que un ilustrador: es un autor integral, un creador de un universo lúdico fantástico.

Candidatos argentinos al Premio Hans Christian Andersen edición 2020

ALIJA tiene el honor de presentar a los candidatos argentinos al Premio Hans Christian Andersen 2020 que otorga IBBY, la Organización Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

En la categoría escritura, la candidata es María Cristina Ramos,

una prestigiosa autora también ganadora del premio que otorga la Fundación SM en 2016. María Cristina está radicada en la Patagonia y es una representante de la más delicada poesía escrita para niños, también es autora de cuentos, libros álbum y novelas; mucha de su obra está caracterizada por su sensibilidad de poeta y su compromiso con su tierra y su gente.

En la categoría ilustración, el candidato Pablo Bernasconi,

también patagónico, es un extraordinario artista experto en collage digital y otras técnicas mixtas, muchas veces autor integral del texto y de las imágenes de sus obras. Por la calidad de su trabajo, resultó finalista en la edición 2018 del Premio Hans Christian Andersen; ser finalista al HCA es un inmenso honor reservado para los 5 o 6 autores que son considerados los mejores entre una cuidada selección de todo el mundo.

Para los dos, nuestros mayores deseos de éxitos. Son dos excelentes representantes de lo mejor de nuestra creatividad y calidad.

Los o las ganadoras al Premio Hans Christian Andersen 2020 se darán a conocer durante la Feria Internacional del Libro de Bolonia, Italia.

 

 

Calibroscopio Mención New Horizons

¡Felicitaciones Calibroscopio!

El libro Tres portugueses bajo un paraguas (sin contar el muerto), de Rodolfo Walsh e ilustrado por Inés Calveiro, acaba de recibir una Mención Especial en el Premio New Horizons que otorga anualmente la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de Bolonia, Italia. Este premio destaca además de la calidad, la innovación en el campo editorial.

Tres portugueses

Entre los fundmentos del jurado se cita: «Este libro aborda temas difíciles como la dictadura y la muerte. Contado como una novela policíaca, este clásico latinoamericano está aquí acompañado por altamente eficaces ilustraciones. La única excepción a los diferentes tonos de gris, es el color rojo del paraguas y algunos otros detalles. Este uso singular del color simbólicamente lleva a casa el absurdo y la naturaleza arbitraria de cualquier régimen.»
Más información en http://goo.gl/0YvoNi

Adolfo Serra gana el XIX Concurso de Álbum Ilustrado A la Orilla del Viento

La colección Los Especiales de A la Orilla del Viento le da la bienvenida a la obra El bosque en mí = The forest in me del español Adolfo Serra. Esta propuesta es la ganadora del XIX Concurso de Álbum Ilustrado A la Orilla del Viento.

Adolfo-Serra

El bosque en mí resultó ganador entre una gran cantidad de maquetas, se recibieron 658 propuestas de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Italia, México, Perú, Portugal y Uruguay.
Adolfo Serra tendrá doble premio: 150 mil pesos mexicanos y la publicación de su libro en la colección Los Especiales de A la Orilla del Viento.
Para esta edición, el jurado estuvo compuesto por Maru Aguzzi , de argentina, el ilustrador mexicano Gabriel Pacheco y el editor y autor de obras para niños argentino Diego Bianki, quienes acordaron por mayoría de votos otorgar el galardón a Serra.
De acuerdo con el jurado, The forest in me es «una obra intrigante pero tierna, contada desde las imágenes con un virtuoso manejo del claroscuro, fundamental a la hora de ambientar y narrar la historia de este libro silente. Una paleta restringida de colores, trazos frescos y pinceladas muy sueltas le dan vida a escenarios y personajes. Una pieza estimulante desde lo visual que permite la participación del lector, quien deberá aprovechar los intersticios abiertos (por la generosidad del autor), y terminar de narrar esta maravillosa historia.»
De acuerdo con Diego Bianki, la propuesta de Serra permitirá al lector “adentrarse en el bosque, que es adentrarse en uno mismo, porque el bosque es un viaje en el que podemos encontrar muchos miedos, pero también nuestros sueños… incluso descubrir el bosque que crece dentro de nosotros.”
 Adolfo Serra (España) estudió publicidad y relaciones públicas, después ingresó a la Escuela de Arte 10 de Madrid. Trabaja en el campo de la ilustración editorial y prensa. Sus ilustraciones han sido seleccionadas en varios concursos y exposiciones internacionales, como la Feria del Libro de Bolonia (Italia), la Bienal de Ilustración de Bratislava (Eslovaquia), el Catálogo Iberoamericano de Ilustración (México), la Feria del Libro de Sharjah (Emiratos Árabes) o los CJ Picture Book Awards (Corea). Entre sus publicaciones destaca la versión sin texto de Caperucita Roja, publicada por el FCE (2013), obra ganadora del Premio al Arte Editorial 2013, en la categoría de Álbum Ilustrado, que otorga la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM).