Premio Alma

Un premio que hace honor a una vida de trabajo en la LIJ era el indicado para este número de Ventanas. Su nombre compone una sigla que tiene mucho sentido en idioma español, pensando en la esencia de la obra de la autora homenajeada y de todos los premiados. Como institución, ALIJA no es ajena a este premio ya que cada año candidatea a diferentes exponentes de nuestra literatura.

El Premio Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA)

Por Gloria Candioti*

A principios de junio se entregaron en Suecia, en una reunión virtual, los premios Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA) correspondientes a las ediciones de los dos últimos años. La ilustradora surcoereana Baek Heena, fue galardonada en la edición 2020 y Jean-Claude Mourlevat, escritor francés, en la edición 2021. 

 El premio fue creado en el año 2002 por el gobierno sueco para la promoción del derecho de niñas y niños a poder acceder a grandes historias. El premio, que equivale a cinco millones de coronas suecas (en dólares, alrededor de 500.000), lo convierte en el premio más grande de la literatura infantil y juvenil. Sin embargo, es mayor su valor simbólico cultural porque destaca la importancia de la lectura para la actualidad y para las generaciones futuras. 

¿Quién es Astrid Lindgren?
Astrid Anna Emilia nació el 14 de noviembre de 1907, en Emildagen, Suecia. Era la segunda hija de Samuel August y Hanna Ericsson. Astrid plasmó su crecimiento y una infancia llena de alegría y juego, amor y seguridad, en la serie de tres libros llamada Los niños de Bullerbyn. La adolescencia, en cambio, fue una época de melancolía y búsqueda y, a veces, revueltas muy evidentes contra la mediocridad de la pequeña ciudad. En la serie Madicken, vuelve a sus propias experiencias y critica cómo la sociedad juzga a las personas principalmente de acuerdo con su estatus económico y social. 
Astrid Lindgren afirmó que siempre escribió para la niña que llevaba dentro y para esa niña que alguna vez fue. Tenía una habilidad única para recordar cómo piensan y sienten niñas y niños y para transmitir esa percepción a sus lectores sin importar la edad o los antecedentes. A la edad de dieciocho años, Astrid se mudó a Estocolmo y se formó como secretaria. Un par de años después se casó con Sture Lindgren. Ya en la escuela, y más tarde como voluntaria en un periódico, su talento para la escritura había atraído la atención, y como madre joven comenzó a escribir cuentos de hadas y cuentos para ganar algo de dinero extra. El 1 de septiembre de 1939, el mismo día en que estalló la Segunda Guerra Mundial, también empezó un diario de guerra en el que comentaba tanto los acontecimientos mundiales como la existencia de su propia familia. La batalla de Stalingrado y la ocupación de Dinamarca y Noruega se entremezclan de forma profundamente humana con la ansiedad por las notas escolares del hijo y el resfrío de la hija.  
Durante la guerra, Astrid Lindgren comenzó a contarle a su hija Karin historias sobre Pippi Calzaslargas, extraño nombre que se le había ocurrido a su hija.  Finalmente, Astrid volcó al papel dichas historias y en la Navidad de 1945 se publicó en Suecia el primer libro sobre Pippi. No se parecía a ningún libro infantil anterior, se convirtió en un éxito de ventas inmediato y se agotó rápidamente en las librerías. 
La mayoría de las figuras literarias de Astrid Lindgren han seguido difundiendo de manera similar, aunque quizás no tan desafiante, su mensaje sobre el derecho de los niños y las niñas a ser tratados con respeto y amor y la obligación de los adultos de satisfacer sus necesidades básicas, no solo de refugio y comida, sino también de compromiso, cuidado, seguridad y estimulación en cuerpo y alma. Nunca durante su larga vida Astrid Lindgren perdió este enfoque, y libro tras libro, y también desde la pantalla del cine y el escenario del teatro, se repitió.
Además de sus propios escritos, Astrid Lindgren también logró, como editora de libros durante 25 años, alentar e introducir lo que se ha llamado la “segunda edad de oro de la literatura infantil sueca”. Abrió las puertas a los grandes éxitos internacionales que tuvo la literatura y la cultura infantil suecas durante las últimas décadas del siglo XX, y ha seguido y alentado a muchos autores desde un comienzo a veces tentativo. 
Con sus obras, puede transmitir alegría y consuelo, aliento y esperanza a personas de todos los rincones de la tierra. Habla de una manera maravillosa directamente a los niños de Sudáfrica, Brasil, Groenlandia y Corea, y también a todos los que alguna vez fueron niños y aún no han olvidado por completo cómo se han sentido.
Astrid Lingren murió el 29 de enero de 2002 en Estocolmo. 

Sobre el premio ALMA
Los órganos que nominan candidatos cada año para este premio pueden ser asociaciones internacionales, nacionales o regionales, como institutos de investigación relacionados con la literatura infantil y proyectos para fomentar la lectura, organismos de libros infantiles, organizaciones de autores e ilustradores, departamentos infantiles y centros literarios en bibliotecas nacionales. Se invita a los ministerios de cultura o sus equivalentes a nominar en lugares donde no existen organizaciones promotoras de la lectura. 
Los candidatos que dichas instituciones presentan son de gran relevancia ya que deben haber hecho una contribución verdaderamente significativa al campo de la LIJ o de la promoción de la lectura. Desde el 2002 han sido galardonados escritores e ilustradores como Bart Moeyaert, Jacqueline Woodson, Wolf Erlbruch, Shaun Tan o Maurice Sendrak. También instituciones como El Banco del Libro de Venezuela. Isol, autora integral argentina, lo obtuvo en el año 2013.

Para más información sobre el premio y los procesos de nominación pueden consultar https://alma.se/en/nomination/

Gloria Candioti. Es docente, escritora y especialista en literatura infantil y juvenil. Asesora proyectos de lectura y escritura en colegios. Coordina talleres de escritura. Integra la Comisión Directiva de ALIJA. 

Candidato por la Argentina para el IBBY-iRead

Y continuamos nuestro recorrido por las candidaturas que ALIJA postula y que han deparado innumerables alegrías desde hace años. Así como el Premio Hans Christian Andersen o el IBBY Asahi (que ganó Casa Cuna Cuenteros en 2020), les contamos sobre este nuevo premio que otorga IBBY, al promotor de lectura destacado y que estrenamos con una candidatura, la de Waldemar Cubilla.

WALDEMAR CUBILLA, EL CANDIDATO DE ALIJA AL IBBY- iRead, Premio Promotor Sobresaliente de Lectura

¿En qué consiste este premio?

Desde 2020 IBBY (la Organización Internacional del Libro Infantil y Juvenil, con sede en Suiza, de la que ALIJA es sección nacional), entrega el premio IBBY-iRead Outstanding Reading Promoter Award. Su objetivo es poner de relieve la labor individual de un promotor de lectura, que tenga un proyecto sostenido en el tiempo en favor de los niños y las niñas. Como todos los premios IBBY, su trabajo debe ser inspirador para otros, además de que estar conducido por una figura significativa en su comunidad.

El candidato argentino elegido para esta primera edición fue Waldemar Cubilla, el líder del Centro Cultural y Biblioteca La Carcova, de José León Suárez, en la provincia de Buenos Aires. Aunque en esta primera edición el galardón y los 30 mil dólares de premio quedaron en manos de Marit Tornqvist, de Holanda, y de Zhu Yongxin, de China, luego de que se evaluaran a otros 18 candidatos de todo el mundo.

¿Quién es Waldemar Cubilla?

Waldemar nació y creció en Villa La Carcova, José León Suárez, provincia de Buenos Aires. Su infancia estuvo influenciada por dos enseñanzas muy claras. Una, la de su madre Casimira, una mujer paraguaya y analfabeta funcional, que llegó a la Argentina cuando tenía 16 años y desde entonces hasta hoy es empleada de limpieza. Ella le inculcó insistentemente el valor de la escuela y la educación pública. Otra, la de la cultura juvenil villera que, en este caso, entiende la delincuencia como una forma de movilidad social. Entonces para Waldemar, la educación y el robo fueron los primeros valores; y en esos parámetros culturales estaba experimentando con armas y libros como herramientas de vida.

En 2001, con 18 años, fue encarcelado por el delito de robo agravado por el uso de armas, hecho que interrumpió drásticamente su educación. En la prisión terminó sus estudios y comenzó a cursar Sociología como carrera universitaria en la Unidad Penal Nº 48 de José León Suárez. En este lugar, ocho años después, y en el marco de su carrera universitaria, comenzó a dar forma a su primera estrategia concreta en defensa de la educación y la promoción del acceso a los libros y la lectura: la biblioteca «Juan Gelman».

Una vez en libertad, Waldemar se dedicó nuevamente a la creación de otra biblioteca, esta vez villera y popular, llamada “Biblioteca Popular La Carcova”.

En 2016 se graduó como Licenciado en Sociología de la Universidad Nacional de Gral. San Martín (UNSAM). Su tesis se tituló: Experiencia, trabajo y vida fuera de la institución social: el caso del vertedero de José León Suárez en la Argentina poscrisis 2001, en la que desarrolló un trabajo de investigación sobre la actividad productiva basada en la basura y dentro los vertederos, que compromete a 2000 trabajadores que no alcanzan los derechos laborales vigentes en la Argentina. Actividad productiva que llamó “trabajo no trabajo”.

Actualmente preside la Biblioteca Popular La Carcova y está realizando estudios de Doctorado en Sociología en la UNSAM.

Para conocer más: “América Evolution, ver: Cómo convertir una experiencia de plomo en oro, por Waldemar Cubilla”, en https://youtu.be/3YacnONHsT8

¿Cuáles fueron los objetivos de Waldemar?

El objetivo de Waldemar consistió en crear, a través del formato “biblioteca”, escenarios propicios para cultivar la lectura como forma de vida cotidiana para personas marginadas, tanto aquellas que están presas como las que viven en extrema pobreza en barrios marginales de la denominada «Zona del Reconquista»de José León Suárez, provincia de Buenos Aires.

La primera biblioteca creada por Waldemar está ubicada en la Unidad Penal Nº 48 de José León Suárez, en la provincia de Buenos Aires. Esta biblioteca funciona desde hace 10 años y es el principal soporte literario de todo el complejo penitenciario.

La segunda estrategia significativa para el fomento de la lectura fue la creación de la biblioteca popular La Carcova, ubicada en uno de los barrios marginales más problemáticos en términos de vida y condiciones laborales de sus habitantes. Gran parte de las familias que habitan la Villa La Carcova sobrevive sobre la base de alguna actividad, ya sea productiva, educativa o cultural, alrededor de la basura. Cabe señalar que en José León Suárez, el CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado) ubica una de los mayores depósitos de basura estatales en Buenos Aires, «la quema» para la comunidad. En estas actuales circunstancias, la biblioteca popular centra su labor en la defensa de los derechos de la infancia a través de la oferta de actividades artísticas, recreativas y talleres en los que el libro es la herramienta fundacional de un proceso con énfasis en la lectura y escritura.

¿En qué consiste la misión de Waldemar?

              Su misión con la creación de la biblioteca, desde sus inicios en 2012 hasta la actualidad, es colaborar con los habitantes, que estén en situación de vulnerabilidad cívica y pobreza, con la promoción de la lectura y el acceso a la educación.

En 2016, como primera iniciativa, se creó un espacio para juegos y libros infantiles entre las actividades diarias. Una especie de isla lúdica entre un contexto de adultos y jóvenes. Luego, con el aumento de la asistencia y la participación de niñas y niños, se decidió habilitar un lugar específico. Este acondicionamiento implicó incorporar mobiliario infantil, tematizar el lugar y adecuar las zonas de aseos. Actualmente, el objetivo concreto es la creación de una biblioteca como centro de desarrollo cognitivo integral con el objetivo de abordar la tarea sobre la infancia desde el núcleo familiar y en coordinación con las instituciones locales que trabajan para asegurar un territorio de buen vivir para esta población en particular.

Las actividades que ofrece la Biblioteca Popular La Carcova influyen en una población de aproximadamente 500 personas, de las cuales el 15% corresponde a lo que podríamos llamar “niñez temprana”. La posibilidad de trabajar con esta población infantil permite seguir de manera regular los problemas de vida que enfrentan, los cuales suelen ser problemáticos en torno a la vivienda y a la composición familiar, que tienen un impacto directo en su base nutricional y en los aprendizajes.

¿De qué modo influye la figura de Waldemar?

La particular historia de Waldemar habla de la posibilidad de transformar vidas que necesariamente conllevan una práctica lectora activa e indiscriminada, incluso cuando alguien se encuentra en una situación extrema, como la de la prisión.

Es una historia de transformación personal y comunitaria basada en la educación y un insistente hábito de leer. Waldemar supo ganarse la vida y compartir su experiencia en una situación en la que la muerte aparece determinada a diario.

El trabajo de Waldemar de promover la lectura y la defensa de niñas y niños en el marco de las bibliotecas populares hace de una premisa, un método: vivir entre libros constituye un tipo de tecnología eficaz para producir sociedades más justas y equitativas.

[Esta nota fue extraída del dossier oficial del candidato al premio IBBY-iRead, que ALIJA envió oportunamente]

La biblioteca en las redes

Facebook

https://www.facebook.com/BibliotecaPopularLaCarcova/

Premiados ASAHI 2020

El 4 de mayo, ALIJA estuvo de fiesta, porque Ahmad Redza Khairuddin, presidente del jurado del IBBY ASAHI, anunció en conferencia virtual que Casa Cuna Cuenteros había ganado por unanimidad dicho premio. Esta es la tercera oportunidad en la que la Argentina se alza con este galardón. El CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil), de Córdoba, lo obtuvo en 2002; y el programa de las Abuelas Cuentacuentos, de la Fundación Mempo Giardinelli, del Chaco, en 2012. 

En este Ventanas Nª 4 les pedimos que nos contaran acerca de las tareas que realiza esta Institución.

CASA CUNA CUENTEROS

Nacimos en una Feria del Libro Infantil, en unas vacaciones de invierno con frío en la nariz y ganas de encontrarnos. Sin tener más brújula que el deseo y el amor por las lecturas, nos citamos en la puerta del hospital y nunca más nos fuimos. De ese primer encuentro ya van a cumplirse siete años y acá estamos, con la valija cuentera más llenita que nunca.

No es fácil hablar de un proyecto que tiene tantos matices, no le hace justicia. Deberíamos poder mostrarles cada contada, que es diferente a la anterior, cada mirada y cada palabra que se abre como una gota de rocío en un caleidoscopio.

Desandamos historias en el camino de esta historia, la nuestra: un grupo de juglares que camina los pasillos del hospital pediátrico apostando a que lo maravilloso siempre es en el encuentro con el otrx.

Quiénes somos

Somos un voluntariado que tiene su base de trabajo en el Hospital Pedro de Elizalde (Ex Casa Cuna), de ahí nuestro nombre. El hospital es el más antiguo de Sudamérica y tiene una larga historia desde su origen como Casa de Niños Expósitos, que data del año 1779, hasta su conformación en hospital pediátrico, en el año 1961. El “Casa Cuna” como se lo llama afectivamente, se ubica a pocos metros de la estación de Constitución y asiste a población infanto-juvenil proveniente de CABA, de varias zonas del conurbano bonaerense y también de países limítrofes.

Las fundadoras y coordinadoras del proyecto somos Alejandra Alliende y Verónica Álvarez Rivera (área de narración) y la Lic. Laura Ormando (área de salud y enlace institucional); y lo conforman diecisiete miembros activos, en su mayoría docentes, bibliotecarios y personas que tienen alguna experiencia en narración y en el trabajo con niños. Ellos son María Victoria Casco, Fabio Di Giacomo, Any González, Graciela Verónica Joaquín, Margarita Pastor, Fernando Polo, Antonella Rocchi, Judith Russo, Claudia Salandin, Sandra Semienchuk, Tania Szostik Lazos, Mabby Torres, Marcela Velaustegui, Olga Walter.

El grupo concurre al hospital una vez por semana, en duplas o tríos que planifican previamente la actividad: la narración de cuentos con el soporte visual del libro ilustrado en mano. Se incluyen además canciones, rondas, juegos y el uso de susurradores.

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Cuenteros en pandemia


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Lecturas en el espacio, historias en la esperas

Casa Cuna Cuenteros se consolida a partir de la necesidad de crear un espacio de promoción de la lectura en un ámbito donde los libros rara vez llegan: casi como marca registrada de la época, durante los tiempos de espera a las consultas o el de las internaciones, es frecuente observar el consumo de pantallas de celulares. Nos preguntamos entonces si era posible ofrecer una otra espera mediatizada por las historias, desde un marco de promoción de derechos de la salud y la literatura.

Desde este cruce, no conceptualizamos la intervención como un tratamiento psicoterapéutico ni como una actividad que “cura”. Tampoco se trata de un dispositivo pedagógico: no “enseñamos” a leer ni convocamos a “aprender”. Se comparten cuentos por el placer que provoca el escuchar, compartir y disfrutar una buena historia. 

Sin embargo, sí puede pensarse en la restitución subjetiva que conllevan las lecturas. En este sentido, con nuestra actividad de lectura-narración en el espacio público de salud apuntamos:

– a la escucha activa,

– a la co-creación de un espacio de lectura/narración compartido por los niños/as y sus familiares,

– al lazo social comunitario de lectura a partir de que otrxs puedan devenir en lectores/narradores de sus hijxs o compañerxs,

– a la participación de la comunidad hospitalaria desde los voluntarios hasta los profesionales de la salud,

– a la restitución de la lectura como derecho.

Donde nos encontramos vos y yo

El tiempo y el espacio son parte esencial de la intervención. Los niños juegan, crean un mundo propio que toman muy en serio y que emplea grandes montos de afecto. Pero la realidad hospitalaria es la que se impone a veces por sobre el juego y la fantasía que espontáneamente se revelan en los niños, niñas y jóvenes. Sobre esa senda se interviene: en el ofrecimiento de mundos alternativos, a través del lenguaje de la literatura se exploran situaciones, se crean nuevos espacios. El cuerpo, cansado de viajar o de pasar una “mala noche”, como suelen decir algunos, comienza a ser sede de las palabras, de las historias, de las imágenes, otras que no tienen que ver con cánulas ni diagnósticos. La espera es con otrxs y deviene una pausa en el camino.

Usamos libros porque de allí nacen muchas de las historias. Los libros tienen cuerpo también y pueden circular. El uso del libro ilustrado durante la narración provee un marco visual concreto a la historia que se narra. Como los pacientes van y vienen al ser llamados por los profesionales, el soporte visual les permite incorporarse con facilidad a la historia si llegan cuando la misma está empezada. Además al utilizar el libro mostramos a familias y niñxs que es una actividad que pueden replicar y compartir. El texto escrito puede ser narrado una y mil veces. La historia puede volver a disfrutarse incluso sin la presencia de los Cuenteros. Solo se precisa un libro y la voz de quien comparte esa historia con otros, la figura del mediador. Y en este sentido, mediador es quien asume la replicación de la historia hacia la comunidad, hacia su grupo de pertenencia.

Nuestra actividad es itinerante dentro del hospital, ya que no contamos con lugar físico propio, pero esa es también la esencia de la actividad: recorrer la institución, llegar con nuestros carros llenos de libros hasta donde no se puede salir por motivo de una internación o porque hay que esperar a que los profesionales llamen para la consulta. Adaptamos nuestra actividad a las particularidades propias de cada uno de estos espacios tomando en cuenta los protocolos médicos de cada uno.

En algunos, nuestro trabajo es más interactivo y grupal. En otros es más íntimo. Los libros ilustrados siempre están presentes en todas las modalidades que adoptamos. 

Dentro del Hospital visitamos los siguientes espacios:

Sala Esperanza (Sala de hemato-oncología coordinada por la Fundación Natalí Flexer de Ayuda al Niño con Cáncer): sala de espera para pacientes oncológicos con tratamientos programados ambulatorios. Se arma una rutina o secuencia de cuentos, canciones y rondas que se cuenta al público de la sala, incluyendo a los voluntarios.

– Salas de espera generales de Consultorios Externos. Denominamos “Mesadas” a este espacio porque realizamos nuestra actividad en unas mesas circulares cercanas a los consultorios externos de las diferentes especialidades médicas. Los chicos se acercan desde los bancos de espera y eligen cuentos, preguntan, y luego toman los libros para repasar la historia que acaban de ver y escuchar. O se quedan con algún cuentero, en un rincón más alejado, escuchando la historia que se despliega ante sus ojos.

– En Salas de internación clínica, de Salud Mental-Hospital de día de Hemato oncología: Este un espacio de mayor sensibilidad ya que involucra ingresar al espacio íntimo de las habitaciones, lo cual requiere una comunicación diferente, una relación particular con la escucha para estar atento al momento de finalizar: se tienen en cuenta las ganas y la predisposición de cada uno.

Patio del Hospital. Cuando el buen clima lo permite, realizamos parte de la actividad en el patio: extendemos mantas bajo los árboles y a la manera de un “picnic” contamos los cuentos, armamos juegos y rondas.

– Entre el año 2015 y el año 2017 se llevó a cabo lo que denominamos “El cuento de las buenas noches”: un espacio de investigación conjunta entre área de psicología y de narración/lectura. En este caso la actividad fue en el horario nocturno de 19 hs a 23 hs. Una cuentera voluntaria en conjunto con la psicóloga del grupo concurría a las salas de internación para contar “El cuento de las buenas noches”. Aquí el trabajo de observación y reflexión fue constante en pos de acompañar la actividad en un ámbito de mucha sensibilidad. 

 Pandemia ¿y ahora, qué hacemos?

El 2020 nos encontró con dos noticias importantes y que nos hicieron replantear la la acción cuentera: el anuncio de la pandemia por el COVID19 y el del IBBY-Asahi Reading Promotion Award 2019, previa candidatura propuesta por ALIJA, que desde ya era un reconocimiento a nuestra labor. Ambas, parte de una paradoja: un galardón que llegaba en el momento en que nuestra actividad se veía frenada irremediablemente por ser presencial. No asistir al hospital generó volver a pensarnos como grupo y desde las intervenciones posibles dentro del contexto sanitario. ¿Cómo llegar hasta lxs chicxs y sus familias? Ya no había atención ambulatoria, lo cual nos remitía solo a la internación. Hacemos videos con cuentos, dijimos. 

Armamos limericks, los subimos a nuestra página. Pero en las habitaciones no cuentan con conectividad wi fi, no iban a llegar hasta los chicxs internadxs. ¿Entonces? ¿No hacemos nada más? ¿Nos quedamos esperando a volver algún día?

Pues no. Pusimos manos a la obra y generamos los folios cuenteros: cada voluntarix seleccionó poemas, cuentos, adivinanzas y canciones que armaron sobre cartulinas decoradas y guardaron en folios para garantizar la higiene requerida al ingreso a las habitaciones. Armamos postas de recolección para hacerle llegar el material a Laura, que es la que continúa trabajando en el hospital. Una bolsa entera después, se entregaron las nanas, los cuentos, las poesías a lxs bebés, chicxs, jóvenes, sus familias y también al personal profesional y administrativo del Cuna. Porque ellxs son lxs que están poniendo el cuerpo en esta pandemia, y a ellxs va nuestro más profundo agradecimiento por la labor que realizan. Les obsequiamos bocaditos de poesía y, como dijo Nori, la señora que realiza la limpieza de una de las salas de internación: qué bueno que alguien se acuerde que hace falta poesía en este mundo.

Así que en esas andamos por estos días: hasta que podamos volver a los pasillos del querido Casa Cuna, filtramos literatura para que la espera sea una pausa y no una pena, porque en este tiempo, más que nunca, queremos seguir presentes.

Premio ASAHI 2020

Casa Cuna Cuenteros ha ganado por unanimidad el premio IBBY-Asahi a la promoción de la lectura 2020.
Casa Cuna Cuenteros es un grupo de narradores orales (conformado por docentes, bibliotecarios y personas que tienen alguna experiencia en narración), que trabaja adjunto honorem en el Hospital General Pediátrico Pedro de Elizalde (ex Casa Cuna).
Este premio que IBBY otorga cada dos años está patrocinado por el grupo de medios Asahi Shimbun de Japón y entrega un premio efectivo de 10.000 dólares.
Esta es la tercera oportunidad en la que Argentina se alza con el galardón. El CEDILIJ lo obtuvo en 2002, y el programa de las Abuelas Cuentacuentos, de la Fundación Mempo Giardinelli, en 2012.

Premio a la promoción de la lectura de Ibby Asahi
¡FELICITACIONES!

Tres libros argentinos fueron elegidos para formar parte de la Selección 2017 Outstanding Books for Young People with Disabilities

Tres libros argentinos fueron elegidos para formar parte de la Selección 2017 Outstanding Books for Young People with Disabilities

Franco, Reiva (texto) Espinoza, Gerald (ilustración)

Imaginario
Buenos Aires, Argentina: Pequeño editor, 2015

Franco, Raquel; Bianki, Diego; Kaufman, Ruth (texto)
Bianchi, Diego y otros colaboradores (ilustración)

Con la cabeza en las nubes
Buenos Aires, Argentina: Pequeño editor, 2015

Frankel, Yael (texto e ilustración).
Un hueco
Buenos Aires, Argentina: Calibroscopio Ediciones, 2015


Esta es la carta que nos enviaron. La hacemos extensiva a los autores.

Gracias, IBBY Argentina, por haber publicado y escogido este amplio campo de libros para presentar este año. ¡Hay cosas emocionantes en la edición infantil en Argentina!

Felicitaciones a los autores, ilustradores y editores.Como ustedes saben, publicaremos la lista de títulos con sus anotaciones en un catálogo impreso que se distribuirá en Bolonia, así como una página digitalizada que se colocará en el sitio web de la Biblioteca Pública de Toronto. 

Felicitaciones de nuevo. Esperamos verlos en la Feria de Bologna.