Detrás de la máscara

Protocolo de desenmascaramiento

Ferrari, Andrea. Detrás de la máscara. Buenos aires, Alfaguara Infantil Juvenil, 2022

En un reportaje reciente, Issa Watanabe, autora de Migrantes, afirmó que los libros sirven para abrir el diálogo en un espacio de silencio, generar una interpretación que abra hacia lo que cada quien tiene para decir.

Detrás de la máscara cumple con esta premisa. Ya desde la contratapa se proponen algunos temas para comenzar ese diálogo al que refiere Issa. ¿qué mostramos de nosotros mismos?, ¿qué queremos ocultar?, ¿cómo enfrentamos la mirada de los otros? Podemos sumar otras tantas inquietudes que nos movilizan en los tiempos de COVID en el que se desarrollan estas historias de amor y de solidaridad: ¿cómo saldremos de esta situación?, ¿mejores y más solidarios?, ¿más individualistas y mezquinos?

A dos de los protagonistas de la novela la pandemia los sorprende en la adolescencia.

Roberto está sumido en una serie de situaciones que lo avergüenzan y lo inquietan: no tener padre, dejar de ser hijo único para ser hermano mayor, mudarse a un departamento caja de zapatos, sus granos… Llega el COVID con todos sus miedos y protocolos, entre ellos, el barbijo. Y al chico, lejos de limitarlo, lo potencia, lo habilita, lo salva. El barbijo, le sirve para cumplir su deseo: ser un sin-vergüenza.

Como una de las tantas consecuencias de la expansión del COVID, Melina encuentra su primer trabajo como cajera de un súper chino, escenario del encuentro entre los protagonistas.

La otra protagonista es Liz, una señora mayor vecina de Roberto. Ella y su esposo están confinados por la pandemia, entonces el chico comienza a hacerles las compras en “ese” chino del barrio. El vínculo entre ellos se va afianzando hasta tornarse en una amistad.

Retomando la idea del diálogo, me parecen muy interesantes las distintas formas de comunicación que tienen los personajes. La relación entre Roberto y Liz es a través de la puerta cerrada y de la luz que se establece entre la puerta y el piso. Por ese filo se pasan las cartas del truco, fotos de otras épocas, dibujos, voces y reflexiones. Que todos tenemos máscaras, que es bueno desprenderse de ellas, que lo material no revela como es la gente. También, algunas veces la puerta se entreabre para pasar una taza de café con leche y torta. Los diálogos entre Roberto y Melina son barbijo a barbijo, por chat, por algunas excusas (como enseñar a hacer RCP o explicar ejercicios de matemáticas) y por los dibujos del chico.

Pero estas conversaciones, un día, tienen un punto de no retorno. Una mudanza y un tapabocas a destiempo arruinan la relación entre los jóvenes. Pasado un tiempo, y en el marco de una gran tristeza, logran el reencuentro. La pandemia se toma un respiro y esto afianza la relación juvenil. Los chicos pueden visitarse y continuar ese vínculo que, sin dudas, los hizo crecer.

Así también crecimos los lectores. Las historias de Roberto, Melina y Liz y sus familias nos permiten repensar nuestros propios vínculos de amistad, de amor, los tiempos de pandemia y la relación con la muerte. Luego de leer Detrás de la máscara, nuestros espacios de silencio, al decir de Issa Watanabe, se completan con nuevas preguntas, nuevas respuestas y nuevas interpretaciones. Quizás, se develen algunas máscaras también.